miércoles, 28 de noviembre de 2012




DE LA VERTICALIDAD A LA TEORÍA DE COMUNICACIÓN HORIZONTAL

La tecnología digital ha hecho posible romper el patrón del broadcasting, la comunicación de masas, de uno a muchos, y sustituirla por un modelo distribuido en el que muchas personas pueden dirigirse unas a otras, estableciendo un diálogo en enriquecimiento donde se van juntando piezas para componer un mensaje complejo; esa misma tecnología ha cambiado los paradigmas de la teoría comunicacional.
Así mismo, como sostiene el brasileño Carlos Castilho, en el periodismo ciudadano el esquema "emisor-canal/mensaje-receptor", concebido por el pensador americano Harold Lasswell, no se ejerce solo en una dirección, sino que es en una interacción constante, principalmente por iniciativa del receptor. Es así, como el apoyo y el cambio de los comportamientos, de los mass media y la gente, son parte esencial del periodismo ciudadano.
De manera concluyente el Periodismo 3.0 también conocido como Periodismo Ciudadano, es la socialización de la información de actualidad, por la irrupción de ciudadanos y fuentes en un foro público, donde se comunican directamente empleando medios digitales que generan un criterio social que sobrepasa la objetividad y la mediación de los medios tradicionales.
Como lo afirma Johansen (2010, s/p) cuando sobre este particular expresa:

El Internet posibilita nuevas formas de contar las historias: No lineales, multimediales y colaborativas. El gran Periodista está agonizando y vemos surgir un periodismo donde los ciudadanos, los usuarios del Internet, tienen acceso a muchas herramientas para “producir contenido” a través de sus propios blogs, subiendo fotos y videos tomados con su celular, lo cual pueden compartir en redes sociales como el Facebook. Si bien esto amenaza la posición privilegiada del periodista, también facilita nuevas formas de interacción entre el periodista y la audiencia.  Algunos lo llaman periodismo colaborativo, otros hablan de “crowd sourcing” o “networked jornalism.

Esta nueva forma de contar las historias, este nuevo desplazamiento del rol del periodista y esta nueva interacción informativa, hace surgir de una manera antes insospechada, una nueva posibilidad, dentro del área comunicacional, en la que al ciudadano ahora le está permitido aportar mucho a la colectividad y participar de manera activa y directa en el proceso periodístico de avanzada, que actualmente se vive en el mundo.

Así mismo,  Urribarri (1999: s/p) señala sobre este particular:
  “Al estudiar la comunicación tomando en cuenta que es un proceso vinculado con el contexto social y cultural, la teoría crítica de la comunicación propone el rescate de la noción dialógica y la reconsideración del rol de uno de los elementos claves de la relación: el receptor o destinatario cuya participación en los medios masivos clásicos aparece poco menos que anulada”.

En el periodismo tradicional la comunicación funciona de forma vertical: un solo medio informa a miles de personas; se rige por una línea editorial y cuida aspectos de la producción del contenido noticioso. Pero el periodismo ciudadano no, pues según la propia experiencia éste funciona de manera horizontal, no existen jerarquías, ni un sistema que controle el contenido y a quienes lo producen.
 En concordancia con ello  Urribarri (1999:s.p) señala “el surgimiento de un modelo de comunicación dialógica, horizontal o participativa, que se rebela contra los paradigmas funcionalistas que establecen un emisor que habla y un receptor que simplemente escucha o responde a estímulos preestablecidos"; Mientras  que Kaplún (1985:68) plantea que la comunicación constituye un proceso en el cual "dos o más seres o comunidades humanas intercambian y comparten experiencias, conocimientos y sentimientos, aunque sea a distancia y a través de medios artificiales".
El Periodismo Ciudadano es tomado  como un proceso de colaborar y compartir, ayudar en la recolección de datos de interés público y la difusión o debida distribución del resultado de ese proceso de recolección.  
Orihuela (2003, s/p), destaca la participación activa de los usuarios, que laboran  bajo los esquemas del Periodismo 3.0 y al respecto, indica lo siguiente:
El proceso comunicativo en el escenario de la Comunicación está centrado en el usuario: los usuarios tienen el control para elegir, decidir, buscar, definir, configurar, suscribirse, comentar y, lo más importante: para escribir, hablar y filmar (...) El modo pasivo y unidireccional de consumo de los medios tradicionales es reemplazado por el concepto de usuario activo, que busca contenidos, explora y navega info-espacios.

En relación a lo anteriormente expuesto, es necesario mencionar que con la incorporación de la tecnología a los procesos comunicacionales, se cambian los patrones de verticalidad en los mensajes, auspiciados por el Periodismo Tradicional y entonces el usuario, entra a ejercer una comunicación horizontal, activa, participativa y de incesante contacto, donde ejerce simultáneamente de emisor y receptor.
En relación a los cambios producidos en el proceso comunicacional a partir del uso de la tecnología y del Internet, Meso (2005:5) tiene el siguiente punto de vista:
Existe un segmento de población que no se limita a una acción pasiva frente a los medios, sino que prefiere producir y participar, ayudado por las inmensas posibilidades que brindan actualmente las nuevas tecnologías (...) Nos encontramos ante un panorama que acentúa aún más el protagonismo de los lectores o de las personas que constituyen las distintas audiencias

En ese mismo orden de ideas, es indudable que la nueva comunicación alternativa y esencialmente el Periodismo 3.0, han contribuido de manera eficaz para que los usuario(a)s de los medios, tomen un mayor protagonismo y ejerzan de manera amplia y directa, el derecho que como ciudadanos del mundo tienen a expresarse e informarse, democratizando así las comunicaciones y el uso de la tecnología.
El fenómeno del periodismo participativo, ha experimentado tal auge que hasta los medios tradicionales se han visto obligados a ceder en mayor o menor medida la palabra a los usuarios en sus ediciones digitales; contribuyendo igualmente al acercamiento no solo en lo personal, sino también con las comunidades e incorporando a los actores sociales en todo cuanto mediante la información, concierne al interés público, para a su vez generar un contacto deliberante, que promueva la participación ciudadana.
En relación a la participación activa de los ciudadanos, en el actual proceso comunicacional de la era digital; Meso (2005:12) refiere que: “La información generada por los usuarios puede competir con más posibilidades frente a las fuentes tradicionales y profesionales de información”; en tanto que Varela (2004:32) admite que:

Es necesario reinventar la información para dar más participación al público; recuperar la generación de información propia de valor, alejada de la orientada y dirigida por los poderes y sus gabinetes de prensa; aportar inteligencia y elementos de reflexión a los ciudadanos, recuperar una independencia que sólo puede estar del lado del público y luchar por afianzar sus valores.

En ambas afirmaciones, se nota con claridad la necesidad de una participación activa, que de igual forma genere conciencia al debate y que permite a los ciudadanos una interrelación directa en los aspectos ligados a las políticas públicas y a la solución de los problemas de su entorno, además de servir como punto de apoyo al aprendizaje colectivo y corporativo.
Las aseveraciones anteriores son una muestra inequívoca, del viro que ha dado el proceso comunicacional a partir de la incorporación de las herramientas digitales al Periodismo 3.0 o Periodismo Ciudadano y de la importancia, que involucra la participación de los usuarios, como actores y autores del hecho comunicativo; en consonancia con una realidad abrumadora, que conduce hacia una plena libertad y hacia una total democratización de las comunicaciones en el mundo.
Los nuevos medios digitales han hecho factible superar el modelo unidireccional y vertical de los medios de comunicación de masas, donde los usuarios eran actores pasivos y actualmente la comunicación que se desarrolla, es de carácter activo, con una marcada prominencia a la horizontalidad, además con una función inminentemente participativa y colaborativa.
Curiosamente la superación del modelo de comunicación de masas, lo están protagonizando aquellos medios que tienen las audiencias potenciales más numerosas y los que abren sus puertas a incorporar la participación ciudadana, como parte del engranaje para hacer un nuevo modelo periodístico.
La nueva concepción del modelo comunicacional creado por y para la Red Global, ha producido un revuelco en los considerados modelos tradicionales y al respecto, García y Pou (2003: 54) afirma: “Frente a los medios de masas tradicionales, Internet potencia la comunicación interpersonal y la comunicación en pequeños grupos mediadas tecnológicamente”.
En la actualidad, la incorporación de fórmulas participativas en las ediciones digitales de los medios tradicionales se produce a cuatro niveles: con la publicación de blogs, abriendo las noticias a los comentarios de los lectores, usando la blogosfera como fuente de información y solicitando la participación de los lectores como auténticos reporteros ciudadanos.
En relación a ello, Meso (2005: 10-11) describe la situación haciendo referencia a:
Los contenidos son creados por la propia audiencia y, por lo tanto, muy pegados a la vida y a los intereses de ésta. El periodismo ciudadano ofrece su máximo potencial en el nivel hiperlocal (...) no en el regional y mucho menos en el nacional. Y ello porque hay un fuerte interés de la gente en los contenidos muy, muy locales, que los periódicos convencionales tienden a ignorar
Con base a lo señalado anteriormente, es notoria la importancia del contacto de los usuarios mediante el Periodismo Ciudadano y la interrelación personal, en la que entran hasta el punto de convertirse en los creadores de sus propios contenidos; además de lo relevante en cuanto a su participación en las decisiones y hechos de sus propio contexto; con lo que se vislumbra entonces el interés del periodismo participativo, en la problemática comunal y social de los usuarios de estos medios y herramientas tecnológicas.
El periodismo ciudadano rompe con las teorías preestablecidas y plantea la creación de una nueva teoría que muestre el papel protagónico de los receptores. El emisor transmite un mensaje al receptor y en esta propuesta comunicacional dicho receptor se transforma de nuevo en emisor*, motivado a las herramientas tecnológicas y el periodismo ciudadano, siendo creador de contenidos y su propio editor.

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