DE
LA VERTICALIDAD A LA TEORÍA DE COMUNICACIÓN HORIZONTAL
La
tecnología digital ha hecho posible
romper el patrón del broadcasting,
la comunicación de masas, de uno a muchos, y sustituirla por un modelo
distribuido en el que muchas personas pueden dirigirse unas a otras,
estableciendo un diálogo en enriquecimiento donde se van juntando piezas para
componer un mensaje complejo; esa misma tecnología ha cambiado los paradigmas
de la teoría comunicacional.
Así mismo, como sostiene el brasileño Carlos
Castilho, en el periodismo ciudadano el esquema "emisor-canal/mensaje-receptor",
concebido por el pensador americano Harold Lasswell, no se ejerce solo en una
dirección, sino que es en una interacción constante, principalmente por
iniciativa del receptor. Es así, como el apoyo y el cambio de los
comportamientos, de los mass media y la gente, son parte esencial del
periodismo ciudadano.
De manera concluyente el Periodismo 3.0
también conocido como Periodismo Ciudadano, es la socialización de la
información de actualidad, por la irrupción de ciudadanos y fuentes en un foro
público, donde se comunican directamente empleando medios digitales que generan
un criterio social que sobrepasa la objetividad y la mediación de los medios
tradicionales.
Como lo afirma
Johansen (2010, s/p) cuando sobre este particular expresa:
El Internet posibilita nuevas formas de contar las historias: No lineales, multimediales y
colaborativas. El gran Periodista está agonizando y vemos surgir un periodismo
donde los ciudadanos, los usuarios del Internet, tienen acceso a muchas
herramientas para “producir contenido” a través de sus propios blogs, subiendo
fotos y videos tomados con su celular, lo cual pueden compartir en redes
sociales como el Facebook. Si bien esto amenaza la posición privilegiada del
periodista, también facilita nuevas formas de interacción entre el periodista y
la audiencia. Algunos lo llaman periodismo colaborativo, otros hablan de
“crowd sourcing” o “networked jornalism.
Esta nueva forma
de contar las historias, este nuevo desplazamiento del rol del periodista y
esta nueva interacción informativa, hace surgir de una manera antes
insospechada, una nueva posibilidad, dentro del área comunicacional, en la que
al ciudadano ahora le está permitido aportar mucho a la colectividad y
participar de manera activa y directa en el proceso periodístico de avanzada,
que actualmente se vive en el mundo.
Así mismo, Urribarri (1999: s/p) señala sobre este
particular:
“Al
estudiar la comunicación tomando en cuenta que es un proceso vinculado con el
contexto social y cultural, la teoría crítica de la comunicación propone el
rescate de la noción dialógica y la reconsideración del rol de uno de los
elementos claves de la relación: el receptor o destinatario cuya participación
en los medios masivos clásicos aparece poco menos que anulada”.
En el periodismo
tradicional la comunicación funciona de forma vertical: un solo medio informa a
miles de personas; se rige por una línea editorial y cuida aspectos de la
producción del contenido noticioso. Pero el periodismo ciudadano no, pues según
la propia experiencia éste funciona de manera horizontal, no existen
jerarquías, ni un sistema que controle el contenido y a quienes lo producen.
En concordancia con ello Urribarri (1999:s.p) señala “el surgimiento
de un modelo de comunicación dialógica, horizontal o participativa, que se
rebela contra los paradigmas funcionalistas que establecen un emisor que habla
y un receptor que simplemente escucha o responde a estímulos
preestablecidos"; Mientras que
Kaplún (1985:68) plantea que la comunicación constituye un proceso en el cual
"dos o más seres o comunidades humanas intercambian y comparten experiencias,
conocimientos y sentimientos, aunque sea a distancia y a través de medios
artificiales".
El Periodismo
Ciudadano es tomado como un proceso de
colaborar y compartir, ayudar en la recolección de datos de interés público y
la difusión o debida distribución del resultado de ese proceso de recolección.
Orihuela (2003, s/p),
destaca la participación activa de los usuarios, que laboran bajo los esquemas del Periodismo 3.0 y al
respecto, indica lo siguiente:
El proceso
comunicativo en el escenario de la Comunicación está centrado en el usuario:
los usuarios tienen el control para elegir, decidir, buscar, definir,
configurar, suscribirse, comentar y, lo más importante: para escribir, hablar y
filmar (...) El modo pasivo y unidireccional de consumo de los medios
tradicionales es reemplazado por el concepto de usuario activo, que busca
contenidos, explora y navega info-espacios.
En relación a lo
anteriormente expuesto, es necesario mencionar que con la incorporación de la
tecnología a los procesos comunicacionales, se cambian los patrones de
verticalidad en los mensajes, auspiciados por el Periodismo Tradicional y
entonces el usuario, entra a ejercer una comunicación horizontal, activa,
participativa y de incesante contacto, donde ejerce simultáneamente de emisor y
receptor.
En relación a los cambios producidos en
el proceso comunicacional a partir del uso de la tecnología y del Internet,
Meso (2005:5) tiene el siguiente punto de vista:
Existe un segmento de
población que no se limita a una acción pasiva frente a los medios, sino que
prefiere producir y participar, ayudado por las inmensas posibilidades que
brindan actualmente las nuevas tecnologías (...) Nos encontramos ante un
panorama que acentúa aún más el protagonismo de los lectores o de las personas
que constituyen las distintas audiencias
En ese mismo orden de
ideas, es indudable que la nueva comunicación alternativa y esencialmente el
Periodismo 3.0, han contribuido de manera eficaz para que los usuario(a)s de
los medios, tomen un mayor protagonismo y ejerzan de manera amplia y directa,
el derecho que como ciudadanos del mundo tienen a expresarse e informarse,
democratizando así las comunicaciones y el uso de la tecnología.
El fenómeno del
periodismo participativo, ha experimentado tal auge que hasta los medios
tradicionales se han visto obligados a ceder en mayor o menor medida la palabra
a los usuarios en sus ediciones digitales; contribuyendo igualmente al
acercamiento no solo en lo personal, sino también con las comunidades e
incorporando a los actores sociales en todo cuanto mediante la información,
concierne al interés público, para a su vez generar un contacto deliberante,
que promueva la participación ciudadana.
En relación a la
participación activa de los ciudadanos, en el actual proceso comunicacional de
la era digital; Meso (2005:12) refiere que: “La
información generada por los usuarios puede competir con más posibilidades
frente a las fuentes tradicionales y profesionales de información”; en tanto
que Varela (2004:32) admite que:
Es necesario
reinventar la información para dar más participación al público; recuperar la
generación de información propia de valor, alejada de la orientada y dirigida
por los poderes y sus gabinetes de prensa; aportar inteligencia y elementos de
reflexión a los ciudadanos, recuperar una independencia que sólo puede estar
del lado del público y luchar por afianzar sus valores.
En ambas afirmaciones, se nota con
claridad la necesidad de una participación activa, que de igual forma genere
conciencia al debate y que permite a los ciudadanos una interrelación directa
en los aspectos ligados a las políticas públicas y a la solución de los problemas
de su entorno, además de servir como punto de apoyo al aprendizaje colectivo y
corporativo.
Las aseveraciones anteriores son una
muestra inequívoca, del viro que ha dado el proceso comunicacional a partir de
la incorporación de las herramientas digitales al Periodismo 3.0 o Periodismo
Ciudadano y de la importancia, que involucra la participación de los usuarios,
como actores y autores del hecho comunicativo; en consonancia con una realidad
abrumadora, que conduce hacia una plena libertad y hacia una total
democratización de las comunicaciones en el mundo.
Los nuevos medios digitales han hecho
factible superar el modelo unidireccional y vertical de los medios de
comunicación de masas, donde los usuarios eran actores pasivos y actualmente la
comunicación que se desarrolla, es de carácter activo, con una marcada
prominencia a la horizontalidad, además con una función inminentemente
participativa y colaborativa.
Curiosamente la superación del modelo de
comunicación de masas, lo están protagonizando aquellos medios que tienen las
audiencias potenciales más numerosas y los que abren sus puertas a incorporar
la participación ciudadana, como parte del engranaje para hacer un nuevo modelo
periodístico.
La nueva concepción del modelo
comunicacional creado por y para la Red Global, ha producido un revuelco en los
considerados modelos tradicionales y al respecto, García y Pou (2003: 54)
afirma: “Frente a los medios de masas tradicionales, Internet potencia la
comunicación interpersonal y la comunicación en pequeños grupos mediadas
tecnológicamente”.
En la actualidad, la incorporación de
fórmulas participativas en las ediciones digitales de los medios tradicionales
se produce a cuatro niveles: con la publicación de blogs, abriendo las noticias
a los comentarios de los lectores, usando la blogosfera como fuente de
información y solicitando la participación de los lectores como auténticos
reporteros ciudadanos.
En relación a ello, Meso (2005: 10-11)
describe la situación haciendo referencia a:
Los contenidos son
creados por la propia audiencia y, por lo tanto, muy pegados a la vida y a los
intereses de ésta. El periodismo ciudadano ofrece su máximo potencial en el
nivel hiperlocal (...) no en el regional y mucho menos en el nacional. Y ello
porque hay un fuerte interés de la gente en los contenidos muy, muy locales,
que los periódicos convencionales tienden a ignorar
Con base a lo señalado anteriormente, es
notoria la importancia del contacto de los usuarios mediante el Periodismo
Ciudadano y la interrelación personal, en la que entran hasta el punto de
convertirse en los creadores de sus propios contenidos; además de lo relevante
en cuanto a su participación en las decisiones y hechos de sus propio contexto;
con lo que se vislumbra entonces el interés del periodismo participativo, en la
problemática comunal y social de los usuarios de estos medios y herramientas
tecnológicas.
El
periodismo ciudadano rompe con las teorías preestablecidas y plantea la
creación de una nueva teoría que muestre el papel protagónico de los receptores.
El emisor transmite un mensaje al receptor y en esta propuesta comunicacional
dicho receptor se transforma de nuevo en emisor*, motivado a las herramientas
tecnológicas y el periodismo ciudadano, siendo creador de contenidos y su
propio editor.



